Una vez que alcanzamos la cima del Hoadl, tenemos una vista espectacular del Kalkkögel, una impresionante formación montañosa que llama la atención por sus picos rocosos salvajemente dentados. Estos imponentes picos nos acompañan todo el camino y ofrecen un fascinante espectáculo natural, que resulta especialmente dramático al atardecer, cuando el sol está más bajo.
Desde Hoadl, el sendero de la cumbre conduce hasta Pleisen. Este sendero es desafiante y discurre por tramos rocosos que requieren seguridad. Pero cuanto más se asciende, más intensa es la recompensa: una y otra vez, la vista se abre a los impresionantes picos de piedra caliza, cuyas dentadas formaciones rocosas se vuelven doradas con el sol poniente.
Una vez alcanzado el Pleisen (2.236 m), llega el momento culminante de la excursión: la puesta de sol. El cielo se tiñe lentamente de cálidos tonos naranja y rosa, y los últimos rayos de sol bañan el Kalkkögel y toda la zona circundante con una suave luz. Este momento, en el que el paisaje montañoso enmudece y el día se desvanece lentamente en la noche, es inolvidable. Las impresionantes cumbres del Kalkkögel parecen ahora casi irreales en su resplandor dorado.
