Ya sea con fuerza muscular o con ayuda de una batería eléctrica, una cosa está clara: el ciclismo da hambre. Las encantadoras cabañas y los refugios alpinos de la región de Innsbruck garantizan un final perfecto de la excursión en bicicleta de montaña o e-bike. Desde las contundentes especialidades tirolesas hasta los platos vegetarianos más clásicos y los dulces Kaiserschmarrn (crepes): en estas vacaciones, la bicicleta puede conducirte a una nueva comida favorita. Y no puede faltar una bebida refrescante: ¿Qué tal una limonada con gas, o más bien, un "Radler"?