Cuidar el alma a orillas del lago
No hay que ir lejos para llegar. Innsbruck está rodeada de naturaleza y es muy fácil encontrar un lugar bonito para disfrutar del entorno. El paseo por la orilla del río Inn es fácilmente accesible desde casi cualquier punto de la ciudad. El desfiladero Sillschlucht cerca de la colina Bergisel ofrece naturaleza en estado puro muy cerca de la ciudad. Un atractivo camino sigue el curso del río Sill desde Rapoldipark hasta el lago Baggersee. El aire fresco que viene del río y la sombra de los viejos árboles se agradecen mucho durante los calurosos días de verano. A lo largo del camino hay numerosos bancos para descansar y meditar, para los niños hay parques infantiles. El sendero para invidentes, situado en el mismo camino, permite también a las personas videntes experimentar sensaciones nuevas. Los días nublados, a falta de posibilidad de bañarse, el lago Baggersee ofrece la posibilidad de disfrutar de un tranquilo y solitario paseo circular por la orilla de este atractivo lago. Al acabar el paseo, nada mejor que una relajante taza de té en el café Strandcafé Deck47, abierto durante todo el año.


Los jardines de Innsbruck: disfrutar rodeado de naturaleza
El mejor lugar para respirar hondo: en plena naturaleza. Quienes no quieren salir de la ciudad, pero buscan un lugar “verde”, pueden visitar el Jardín Imperial. En la entrada al jardín hay un monolito mágico que la convierte en un lugar de poder con aire oriental. El monolito radia tranquilidad, así lo confirmó el maestro chino de feng-shui Jes Lim durante una visita a este lugar. El Jardín Imperial recibe un gran número de visitantes durante los meses de verano, pero hay más jardines si lo que busca es solitud. Por ejemplo, el Jardín Botánico en Hötting, fácilmente accesible con la línea A de autobús (parada Botanikerstrasse). Aquí, la gran abundancia de plantas traídas de todos los rincones del mundo permite olvidarse de cualquier preocupación y disfrutar de momentos de tranquilidad y relax. Una visita al histórico observatorio astronómico situado en la parte noreste del jardín es casi obligatoria. Una recomendación: algunos años, el Jardín Botánico abre las puertas de su casa de mariposas (junio a octubre). Para más información sobre la “programación de mariposas” y eventos especiales en el Jardín Botánico, llame al tel. 0043 0512 507 59 10.
Silencio celestial
Las numerosas iglesias y capillas en Innsbruck y sus alrededores permiten disfrutar de un silencio diferente, respetuoso. En verano, son un oasis de paz fresco, los días de lluvia, un santuario contra el mal tiempo. Además, entre misa y misa, no acostumbra a haber casi nadie. Un secreto casi olvidado: desde 1270, la plaza de la catedral de Santiago de Innsbruck es un punto de cruce de dos rutas de peregrinación ancestrales. De hecho, el altar mayor de la catedral muestra una imagen milagrosa de Santa Maria del Socorro creada por Lucas Cranach dem Älteren – una imagen de gran relevancia histórica en el Camino de Santiago – que todavía se puede visitar.
Numerosos lugares de peregrinación guiaron a Santiago durante su travesía por el Tirol: por el monte del calvario en Arzl a Innsbruck y a Völs, cuya pintoresca capilla de San Blas domina desde hace siglos el valle del río Inn. Luego siguió probablemente dirección oeste, siguiendo el curso del río Inn, hasta Inzing. Aquí vale la pena hacer un desvío al lago Hundstalsee, situado a 2.287 metros de altitud, para observar un curioso sello marcado en una piedra. Aunque éste no tenga relación alguna con el Camino de Santiago, el exigente ascenso al lago vale la pena para visitar el refugio Inzinger Alm y degustar alguno de sus exquisitos platos. El lugar es además un reconocido lugar de poder.


Remansos de paz en medio del bosque y aguas bravas
El camino de meditación de Ranggen permite disfrutar de una ruta de senderismo circular, también apta para niños, con puntos para descansar y meditar. A lo largo del camino hay siete estaciones que hablan sobre los diferentes aspectos de misericordia. El camino está muy bien señalizado por marcas amarillas, ya desde su inicio en Ranggen, y es casi imposible perderse. Para hacer el camino completo hay que calcular unas dos horas, según el tiempo que cada uno quiera dedicar a la meditación. Una pequeña capilla, situada a 1.100 metros de altitud cerca de una pequeña cascada, es además el lugar perfecto para descansar, reponer fuerzas y respirar hondo el aire perfumado del bosque.
Otro punto ideal para respirar hondo y refugiarse del calor: muy cerca de Innsbruck, el camino Mühlauer Wasserweg sube el curso de los ríos hasta su nacimiento en lo alto de los Alpes. Sembrado de numerosas fuentes, el camino empieza siguiendo el curso del río Inn hasta el puente Mühlauer Brücke, luego continua por el estanque Fuchsloch hasta el barranco Mühlauer Klamm. La ruta sigue subiendo por el arroyo de aguas bravas hasta el punto llamado Teufelskanzel, cruce el puente de madera y sigue hasta la misteriosa Hexenkuchl (cocina de la bruja). Después de pasar la cascada de agua, el barranco acaba cerca de las fuentes del arroyo, cerca de Rumer Alm, a 1.243 metros de altitud. El camino de vuelta lleva hasta el refugio Arzler Alm, a 1.067 metros de altitud, antes de bajar por una ruta bien señalizada hasta la estación inferior Hungerburg.
Disfrutar de la naturaleza
Un camino de senderismo sin barreras en Paschberg, cerca de Amras, lleva por el gran espacio de bosque y humedales llamado Tantegert, con una superficie total de 1,5 hectáreas. Después de unos costosos trabajos de revitalización del humedal, el espacio ofrece ahora un camino plano y ancho, apto para silla de ruedas y cochecitos de bebé, un parque infantil en medio del bosque y un círculo celta formado de 21 diferentes especies de árboles. Para llegar, la mejor opción (y sin barreras) es con el tranvía línea 6 desde Innsbruck, cuyo trayecto pasa por el medio de bosques y campos. La línea 6 de tranvía tiene también una parada en Tummelplatz, situado un poco más arriba del castillo de Ambras. Aquí se puede visitar un histórico cementerio en forma de estrella situado en medio del bosque y que alberga miles de historias. Seguramente, algunos secretos enterrados en las innumerables tumbas de soldados caídos nunca serán desvelados. Este pequeño claro de bosque cerca de Innsbruck ya fue un lugar de refugio para la gente en búsqueda de paz y tranquilidad en el siglo XVIII.