El ejercicio hace entrar en hambre – por ello, una visita a un refugio o restaurante alpino durante una excursión a pie o en bicicleta de montaña es casi una obligación y siempre un placer. Los refugios sirven los mejores platos y especialidades tirolesas como el Kaiserschmarrn (un tipo de crepes) o los Kaspressknödel (albóndigas), que garantizan una recuperación rápida después de un gran esfuerzo físico. Unos deliciosos platos que vienen acompañados de espectaculares vistas sobre la ciudad de Innsbruck – una combinación ideal.