Las vacaciones son para muchas personas sinónimo de no hacer nada sin sentirse culpable por ello. Esto funciona a la perfección durante unas vacaciones de invierno en las montañas. Aunque hay que planear alguna que otra cosa, porque los días son mucho más cortos que en verano. A cambio, las tardes son más relajadas, perfectas para pasar horas en el sofá tapado con una manta y con un buen libro. No hacer nada durante las vacaciones no quiere decir que no se puede hacer nada – simplemente, no hay ninguna obligación de hacerlo.
Solamente tu y yo y un secreto
“¿Qué vamos a hacer estos próximos días?” me preguntas y en seguida tengo muy claro donde empezaremos nuestro viaje. En medio del centro de la ciudad, a pocas casas del Tejadillo de Oro, en la calle Hofgasse 12, te señalo que te detengas. Me miras extrañado cuando te pido que pongas el oído contra la pared. Pero no se trata de una pared cualquiera, sino de un portal gótico-tardío en cuyo arco puedes susurrar palabras destinadas exclusivamente a la persona situada en el otro lado del portal. Este arco de los susurros ha sido testigo de muchos secretos amorosos entre personas que no se atreven a decírselos a la cara. Cuando lo compruebas con personas, te veo reír a carcajadas. Veo que me has entendido…
Paseos entre montañas
Si algo hemos aprendido este año es que cada paso cuenta. Pero no todos los pasos son igual de atractivos. “Pasear enamorado por el Jardín Imperial” estaba en la lista de las cosas que había que hacer en Innsbruck. Estoy delante de un enorme árbol centenario cuyas ramas llegan hasta el suelo en un eterno abrazo, en una imagen ciertamente romántica. Luego, cuando empieza a oscurecer, volveremos aquí para visitar el parque de luces LUMAGICA Innsbruck.
MOVERSE SOBRE HIELO
Al día siguiente queremos salir un poco de la ciudad y disfrutar del sol en plena naturaleza. Iniciamos nuestro paseo en Igls, dirección al lago de Lans, siguiendo un camino rural. El lago, tan lleno de actividad en verano con gente disfrutando de un baño, es todo tranquilidad en invierno. Cuando la capa de hielo sobre el agua llega a un cierto grosor, se puede hacer patinaje sobre hielo. ¿Has perdido realmente el equilibrio o tenias ganas de caer en mis brazos? Quien sabe, el entorno se presta a gestos románticos que nos hacen sentir como adolescentes enamorados. La copa de Aperol Spritz a orillas del lago, es un placer reservado a los adultos. ¿Por qué todo sabe mejor al aire libre bajo el sol de invierno?
GANAS DE SALIR DE EXCURSIÓN
La excelente ubicación en medio de las montañas permite actividades sin fin. Hoy salimos de la ciudad y viajamos a Moosalm en Mieming, un acogedor refugio de madera situado en medio del famoso paisaje de Lärchenwiesen en el altiplano de Mieming. Es el lugar perfecto para disfrutar de una buena comida. Al lado del refugio hay una pasarela de unos 150 metros que permite observar de cerca la flora y fauna del biotopo Mooswiesen, sobre todo los ornitólogos pueden descubrir aquí una gran variedad de pájaros autóctonos. Después, para calentarnos, un buen café y un trozo de pastel en el refugio. Empieza a caer la noche, volveremos otro día para ver más del altiplano de Mieming, un lugar que nos ha encantado.
Observar aviones desde la playa
“¿Siempre es así de azul?” me preguntas. “No, solamente es así cuando lo miras tu – y algo tiene que ver también que estamos en invierno”, contesto con un guiño. De hecho, el río Inn cambia de color y sus aguas adquieren un tono marrón cuando empieza el deshielo o después de la lluvia. En invierno luce y brilla como una piedra preciosa. Hemos alquilado unas bicicletas y nos dirigimos hacia el oeste al aeropuerto. Los observadores de aviones, conocidos como planespotters, conocen bien la playa de gravilla de la “casa roja”. Aparcamos las bicicletas y nos unimos a ellos. Los aviones pasan a pocos metros encima de nuestra cabeza. ¡Alejarse de Innsbruck y volar sobre la ciudad y las montañas, esto sí tiene que ser increíble! Tomo nota y lo añado a mi lista de cosas que tendré que hacer alguna vez aquí en Innsbruck. A lo mejor haremos realidad este sueño con un viaje en globo sobre los Alpes, ¿quién sabe? Volver sobre la ciudad, el campo y las montañas a la velocidad que nos lleva el viento – una idea sin duda muy atractiva…
UN PIC-NIC EN LA CORDILLERA NORTE
Me podría acostumbrar fácilmente a tomar el desayuno con estas vistas. Y como me conoces bien, me sorprendes al día siguiente con un pic-nic en la montaña. Recogemos la mochila preparada, llena de buena comida, en la Seegrube, la estación superior del funicular Nordkettenbahnen. La orientación al sur de la cordillera Nordkette permite disfrutar de momentos al sol estirados en una tumbona y bien tapados con una manta. Después de admirar las vistas, abrimos la mochila: jamón ahumado tirolés, salchichas ahumadas, queso de montaña, verdura en salmuera, salsa de rábano picante, mostaza, mantequilla y pan. ¡Un manjar digno de reyes! Hasta los pájaros se quieren unir al festín y no se pierden ni una miga de pan que se nos cae al suelo. De postre admiramos a los esquiadores que se atreven a bajar las vertiginosas pistas de Hafelekar. Si no lo veo con mis propios ojos, no me lo creo.
Comer fuera
En casa cocinamos los dos, pero en las vacaciones preferimos comer fuera. Suerte que Innsbruck tenga una oferta gastronómica tan variada. Aunque te gustaría comer Knödel o Kaiserschmarrn cada día, consigo convencerte que tenemos que probar otros platos de la cocina tradicional tirolesa. La cena en el restaurante Sinne siempre quedará gravada en nuestra memoria. Aquí se unen el teatro y la restauración en un espacio invisible. Toda una experiencia, un viaje al mundo de la fantasía. Platos de carne, pescado, vegetarianos o veganos – nunca como nos los esperábamos. ¿Pero, qué seria la vida sin sorpresas? Y con el teléfono móvil apagado, nos centramos en la cena con los cinco sentidos.
Wellness en las montañas
El aire fresco de las montañas no solamente despierta el apetito, también nos impulsa a buscar un lugar cálido. Una temperatura elevada como la que nos provoca la sauna, la natación en la piscina cubierta, en el jacuzzi o en la cabina infrarroja. No hay sensación más agradable que estirarse en una tumbona después de una relajante ducha y contemplar unas vistas de ensueño sobre las montañas. Aquí puede consultar las instalaciones de wellness de la región.
