Tres soberanos, tres personalidades:
Conozca un poco mejor estos tres príncipes del Tirol. Curiosos, heroicos o irracionales. ¿Sabe de quién estamos hablando?
Candidato número uno
Un príncipe del Tirol ya mayor se casa a los 60 años con una jovencita de 16 años – y manda construir nuevos castillos que llena de objetos muy valiosos. Para financiar estas extravagantes gestas, empieza a vender trozos del Tirol. Cuando el emperador en Viena tiene conocimiento de estos hechos, destituye al príncipe… ¿de quién estamos hablando?
Candidato número dos
Un príncipe del Tirol que apuesta por el candidato a Papa equivocado y es acusado de alta traición. Es arrestado y se le incautan todas sus posesiones. Se convierte así en un soberano sin tierras… Pero, las tablas cambian: el príncipe logra escapar de la prisión, recupera poco a poco todas sus posesiones y se convierte en uno de los príncipes más ricos del Tirol. Solamente le queda el mote. ¿De quién estamos hablando?
Candidato número tres
Un soberano aficionado a los deportes que cazaba gamuzas con largas lanzas en las empinadas paredes de roca de los Alpes. Una vez se perdió y quedó atrapado en una pared de roca. En su desesperación exclamó: “ach, wenn sie doch kemmaten!” (¡si vinieran de una vez!). Se salvó de manera milagrosa – y desde entonces, el pueblo situado debajo de esta pared de roca donde el soberano se perdió, se conoce con el nombre de… KEMATEN… ¿De quién estamos hablando?
La solución
El príncipe número uno es Segismundo, el Rico. El candidato número dos es el duque Federico IV. Su mote “el de los bolsillos vacíos” no le hace en absoluto justicia. De hecho, su hijo Segismundo era más pobre que él. Gastó su dinero en extravagancias, pero fue él quien reinó cuando se empezaron a cuñar monedas en la ciudad tirolesa de Hall. Por ello se le conoce irónicamente como “Segismundo, el Rico”. El candidato número tres es Maximiliano I, el último caballero. A él le debemos el Tejadillo de Oro, desde donde el soberano seguía con mucho interés los torneos de caballeros que se celebraban en el centro de Innsbruck. Quedó atrapado en la pared de roca “Martinswand” durante una partida de caza de gamuzas. El lugar todavía se puede visitar: la gruta “Kaiser-Max-Grotte” donde se refugió está a 1.200 metros de altitud, muy cerca de Kematen.