Dejando atrás el casco antiguo, cruzamos el puente sobre el Innbrücke. A la izquierda está el crucifijo de Rudi Wach, del que ya hablé en este post. Una vez en el otro lado, a la derecha hay un pequeño parque -el Waltherpark- con una zona de juegos para niños. Aquí estamos.
En 1495, en su camino de Núremberg a Venecia, Alberto Durero se detuvo en Innsbruck. En esta ocasión debió venir a pasear por esta ribera. Y, mientras estaba allí, acuareló la vista de la ciudad, que era un poco diferente de lo que es hoy. La acuarela se encuentra en las colecciones de la Albertina de Viena y se titula "Innsbruck von Norden". Hoy, aquí, en la orilla del Inn, se encuentra la obra "Dürer Blick" (que yo traduciría como "punto de vista de Durero"), de Katharina Cibulka.
La artista reprodujo la línea del horizonte de la obra de Durero en una estructura de hormigón existente, creando un diálogo con la de la ciudad actual.