A Mario le gusta contar y explicar las cosas, eso se nota enseguida. También le gusta ofrecer ideas sobre el arte del soplado de vidrio. Los que deciden tomar un café para so plar pueden participar ellos mismos.
Mario enciende la llama y se pone en marcha. Gira hábilmente la varilla de vidrio, que en gran parte es de borosilicato, en el fuego y forma la forma básica del vidrio. A continuación, todo sucede muy deprisa y, como cliente, se le permite soplar usted mismo en el tubo antes de que Mario produzca el vaso con unos pocos movimientos de la mano sobre la llama. Al final, ¡cada vaso será único!
Gracias a la composición especialmente resistente de la materia prima, el vaso, que ahora puedes llevarte a casa lleno de buen café, también se puede lavar en el lavavajillas de casa. Es sorprendentemente fuerte y, aunque parezca delicado a primera vista, muy robusto.
Por cierto, Mario no se consideraría un empollón del café, pero el café tiene que ser bueno para él. Así que los granos para su café también proceden localmente de Innsbruck, de los Brennpunkt en los arcos.
En definitiva, es una experiencia estupenda que te permite llevarte un bonito recuerdo para ti o para los demás Y, por supuesto, ¡un café reconstituyente!