Aplicar las habilidades y superar los límites
De ahí pasamos directamente a la primera pista más larga, la categoría "azul", la más fácil de las 3 (azul, roja, negra, como en las pistas de esquí). Las raíces, las piedras y las estrechas Berms (= en el argot del descenso, se trata de curvas elevadas, a menudo creadas artificialmente con paredes laterales inclinadas) dejaron de ser obstáculos y pudieron sortearse con destreza.
A pesar de la destreza recién adquirida, aún quedaba algún que otro desafío. Al fin y al cabo, el hecho de que uno sepa dominar las raíces y las piedras o leer correctamente un sendero no significa que la cabeza siga siempre el mismo camino. Por lo tanto, como siempre: todo puede, nada debe. Sin presión, sin estrés, ni siquiera por detrás. En los senderos, nos tenemos en cuenta unos a otros: cada uno conduce a su ritmo.
Por supuesto, queríamos seguir progresando, así que también nos aventuramos por senderos más exigentes. Livia estuvo presente en los puntos clave complicados para ayudarnos con consejos específicos sobre el manejo de la moto. Con su ayuda, algunos de nosotros pudimos superarnos a nosotros mismos, superar nuestros límites y probar cosas nuevas.
